Hay momentos en nuestra vida donde los días van y vienen como un carrusel en el cual no somos capaces de subirnos porque nos cagamos de miedo y de tristeza.
De pronto la melancolía parece ser nuestra fiel compañera, las lágrimas se vuelven nuestro único alimento y los sueños nuestros mayores refugios. Nos sentimos asfixiados de muchísimos conflictos que en gran medida son con nosotros mismos, donde aparentemente hemos perdido. No encontramos esperanza ni razón, y es que realmente no nos atrevemos a buscarlos.
Es vasta la lógica que se esconde detrás de todo lo que nos pasa y que no vemos por los males que aún aceptamos cargar con nosotros mismos; nos rehusamos a aceptar y a sumergirnos en la comprensión y autorreflexión. Pero estoy segura de que si decides salir de ese bochorno maléfico y te comprometes ´para contigo´, podrás comprender que el amor hacia ti mismo es la mayor liberación que tienes en tus manos y que nadie te la puede quitar. Que es muy normal sentir lo que sientes y que es mejor así, que es más proficuo expresarlas que reprimirlas y que sobre todo…
“El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Tú eliges.
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