I
De mis ojos quieren desprenderse algunas lágrimas, como resultado de una mezcla de emociones (de alegría y tristeza), porque acabo de descubrir la nobleza de una niña, la intensidad de sus sentimientos y la ligereza con la que los adultos solemos tratarlo. Esa pequeña mujer es mi hija y hoy –póstumo a su muerte- he leído sus poemas de hace dos meses, las que guardaba con mucho cautela en un cajón de madera. Siento que de cierta forma la he matado y junto a ella mi alma se ha ido.
¡Qué doloroso e impactante!
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Lo que surge cuando -como escribiste en tu bonito poema- el alma nos grita y nos desatamos en emociones profundas ✍
Viviana, gracias por tu presencia aquí en mi pequeño blog. Un cordial saludo. 😊
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Puf…qué difícil, Carolina. Me encantaría leer alguno de esos poemas. Casi diría yo que revivimos a la persona cada vez que leemos sus escritos. Revivimos sus sentimientos, sus penas, sus amores…su muerte.
Mil abrazos de mí para ti.
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Colgaré uno de esos poemas en mi siguiente entrada, espero seas uno de los primeros en leerlo y lo disfrutes. Coincido contigo en que la lectura es ese puente que nos permite revivir y conectarnos con esas personas que ya nos acompañan en nuestro caminar.
Me agrada tu tan acertado y apacible comentario, espero verte más por aquí. Abrazos para ti también ,saludos.
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