Mis manos entre las teclas del piano
y mi mente entre nuestros recuerdos
suenan al unísono
reclamándome tristeza
y entonces en mí
se apodera
una nostalgia
de esas en que las lágrimas no son suficientes
y empapan todo lo vivido
todo lo que fue y ya no es más
¿Recuerdas nuestra última noche?
¿Recuerdas mis besos entre tu cuello y tu boca?
¿Recuerdas nuestras risas en el café?
Confieso que yo no he podido dar al olvido estos recuerdos
y que solo despierto con la esperanza de verte una vez más.
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